Algo no cuadraba…
Después de la primera ronda de arreglos, CirueloGTI ya se sentía más sólido. La suspensión estaba en orden, los frenos respondían bien y ya no golpeaba en cada bache. Pero había algo que no nos terminaba de convencer.
Al momento de manejar, las marchas entraban raras, con cierta resistencia o sensación imprecisa. Además, el carro no respondía como se esperaba de un GTI, a pesar de que la compresión de pistones estaba dentro de lo normal.
Claramente, algo pasaba… y decidimos ir al fondo del asunto.
Cirugía mayor: bajamos la caja
Lo llevamos nuevamente al taller y se hizo lo que había que hacer: bajar la caja de cambios, revisar todo el conjunto y hacer las correcciones necesarias.
- Se rectificó el volante de inercia.
- Se instaló un kit de embrague nuevo completo.
Y con eso, la diferencia fue brutal. Las marchas entraban suaves, sin trabas, y el auto por fin empezó a correr como un verdadero GTI noventero.
De paso: dirección y refrigeración
Aprovechando que el carro ya estaba en quirófano, le entramos también a otros detalles que estaban pendientes:
- Una manguera del sistema hidráulico de la dirección tenía una fuga: cambiada.
- Cambiamos varias mangueras del sistema de refrigeración y también el termostato.
Además, el mecánico afinó el tiempo del motor, y eso hizo que el carro funcione mucho más suave, sin tirones ni vacíos.
¡Corre como nuevo! (pero…)
Salimos del taller con una sonrisa de oreja a oreja. Ciruelo corría rico, las marchas entraban perfectas, y el motor respondía como debe. Una etapa superada.
Pero claro, como todo proyecto de restauración, cada avance deja al descubierto un nuevo detalle por corregir.
En este caso, notamos dos cosas importantes:
- El escape hace un sonido extraño. No ese rugido deportivo que emociona, sino algo más bien feo, metálico, como de tubo suelto o mal sellado. Hay que revisarlo.
- El sistema de audio es un desastre. Los parlantes están mal conectados, se escucha todo plano y sin bajos. Nada digno de la experiencia GTI. Aquí toca meterle cariño también.
Lo que viene
Así que la próxima parada será entre el silenciador y los decibeles. Queremos que Ciruelo no solo corra bien, sino que suene bien por fuera y por dentro.
Esto sigue. Y cada arreglo, por más pequeño que parezca, nos acerca más al auto que siempre soñamos.