Después de la emoción de tener al GTI Mk3 en nuestras manos, vino la parte real del proyecto: empezar a revivirlo con cariño y criterio.
Apenas lo manejamos un par de días, confirmamos varias cosas que ya sospechábamos desde la primera vuelta:
- El freno de mano no funcionaba.
- Al frenar fuerte, el carro “bailaba”: se sentía inestable, como si las ruedas tuvieran vida propia.
- Estaba súper bajo, al punto que en cada bache o rompe velocidades, las llantas golpeaban contra la carrocería. Cada sonido era como una puñalada en el alma.
Así que no hubo duda: lo llevamos a 1001 Talleres para iniciar la primera fase de reparación seria.
Suspensión mutilada: nunca cortes los espirales
Uno de los primeros hallazgos fue que el dueño anterior había cortado los espirales de los amortiguadores para bajar el carro. Esto, aunque puede parecer una solución rápida y «estética», es una mala práctica por varias razones:
- Se compromete la estabilidad y seguridad del vehículo.
- El amortiguador ya no trabaja dentro de su rango óptimo.
- Aumenta el riesgo de que las llantas rocen con la carrocería (como nos pasaba).
- Y sobre todo: el auto pierde su geometría original, afectando frenos, dirección y confort.
Solución: le cambiamos amortiguadores y espirales nuevos, respetando una altura más cercana a la de fábrica, sin que pierda ese look deportivo que tanto nos gusta.
Frenos y dirección: cirugía completa
Ya que estábamos manos a la obra, aprovechamos para hacerle una revisión completa del sistema de frenos y dirección:
- Cambiamos discos y zapatas (sí, este GTI tiene discos en las 4 ruedas, como buen deportivo noventero).
- Se reemplazaron puntas de eje, terminales, brazos de dirección y componentes relacionados.
El resultado fue inmediato: el auto dejó de bailar, frenaba recto y se sentía mucho más firme, sin golpes ni roces.
Estética vs funcionalidad (por ahora)
Con la nueva altura, el CirueloGTI recuperó algo de dignidad visual. Ya no se arrastra como lombriz por el asfalto. Decidimos, de momento, mantener los aros de 17 pulgadas con llantas de bajo perfil, aunque no descartamos en un futuro buscar algo más OEM, más noventero, más “de época”.
Pero por ahora, se ve bien y se maneja mucho mejor.
Próximo paso: caja y embrague
Como todo proyecto, esto es paso a paso. El siguiente punto en la lista es una revisión completa de la caja de cambios y el embrague, para asegurarnos que el corazón del Ciruelo siga latiendo con fuerza y sin sustos.
Esto recién empieza, pero ya se siente diferente: más firme, más seguro, más GTI.